Las playas de Marruecos
Dos grandes costas bañan este increíble país, el Océano Atlántico y la costa Mediterránea.
Hay muchas cosas de las que Marruecos podría presumir y sin duda, sus playas son una de ellas. Con más de 3.500 kilómetros de costa, distribuidos entre el Mar Mediterráneo y el Atlántico era difícil no encontrar una gran variedad por lo que Marruecos tiene playas para todos los gustos, desde pequeñas calas rocosas o de fina arena, a extensísimos arenales que se confunden con el desierto, playas urbanas más concurridas o totalmente desiertas en el cálido sur, perfectas para practicar el windsurf y otros deportes acuáticos y calmas y serenas bahías en las que relajarse bajo el sol.
Sobre el Mar mediterráneo, entre Tánger y Saïdia, frontera con Argelia encontramos el territorio que formó parte, casi en su totalidad, del antiguo protectorado español donde el castellano aún es hablado por gran parte de la población. Región poco conocida, donde destaca la amabilidad y la proximidad de los rifeños y que esconde tesoros naturales (como el Parque Nacional de Alhucemas o el “Hamman natural” de Chaabi, y culturales de primer orden: lugares arqueológicos abandonados, historia compartida, ciudades fundadas por los españoles, como El Jebha, Alhucemas y Nador, que conservan un rico patrimonio arquitectónico; los peñones de Vélez de la Gomera, el Peñón de Alhucemas, Las islas Chafarinas (pertenecientes a España) y un sinfín de sorpresas que iremos descubriendo a lo largo del camino.
La costa Atlántica marroquí es mucho más diversa y poblada que la mediterránea. Va desde Tánger hasta Dakhla, en el extremo sur del Sáhara Occidental y en ella nos encontramos con ciudades tan importantes y cosmopolitas como Rabat o Casablanca, más tranquilas como Agadir o Essaouira y pequeños pueblos llenos de encanto como Asilah o Diabat. En cuanto a las playas las hay de todos los tipos y para todos los gustos y los amantes de los deportes acuáticos encontrarán aquí un auténtico paraíso ya que es ideal para practicar el surf, windsurf o kitesurf por estar situada a mar abierto y en zonas donde las corrientes marinas y los vientos de la montaña y el desierto crean grandes olas. Al norte encontraremos playas más bulliciosas y a medida que nos desplacemos al sur, iremos encontrando extensas playas desiertas.
